Hoy la belleza es un asunto muy profundo

Durante casi diez años mi breve paseo en coche hasta Matadepera representaba la inflexión entre mi desdibujada vida privada y el contacto con mis añorados chicos.
Durante casi diez años mi coche cruzó los límites entre Terrassa y Matadepera y en ese cruce municipal había un momento -un brevísimo y mágico momento- en que veía a mi izquierda Montserrat y a mi frente La Mola. Y era esa simultaneidad la que marcaba el ánimo y la sonrisa diaria.
Como primer gran cambio, trabajar en Barcelona y desplazarme cada día es todavía exitante, puede que me resulte pesado a mediano plazo. Los primeros días añoré la visión de mis diosas particulares, la fuerza de mi talismán, mi cruce a "la otra orilla".

Pero el tercer día ¡ah el tercer día! lo vi. Justo en la curva que se produce en la entrada a la autopista C58 dirección Barcelona, entrando, a la izquierda, ¡un níspero! alto, oscuro, lleno de frutos. En medio de matorrales y huertos furtivos. Desde entonces y cada día, ese brevísimo y mágico momento marca mi ánimo y la sonrisa diaria: la fuerza de mi talismán cambiante y fructífero.

Hoy la belleza es un asunto muy profundo como para opinar ligeramente.
Ni en lo que se quita, ni en lo que se pone,
echada y despreocupada,
dentro del brillo y no en el brillo,
el asunto es muy claro, y a veces
Transparente.

Roberto Malatesta, Santa Fe. Argentina. 1961

Primer lunes del curso escolar y me pilla sin verlos en el aula.
Comienzo lentamente a integrarme en el fluir del IOC. Matricular alumnos, organizar -y si hace falta, preparar- módulos. Somos semilla, somos fruto.