La OIT -paradoja andante- se ocupa de medir el desempleo mundial, presente y futuro. Sería hora de cambiar la sigla. Debería llamarse OINT: (Organización Internacional del No-Trabajo).
Es una ironía con sabor amargo. Porque la verdad incontrastable, la verdad brillante y ensombrecida, presente y escamoteada, es que sí hay un ogro mundial, un asesino con cara de bueno llamado capitalismo, que planifica, planificó y seguirá planificando la desocupación, la miseria y la exclusión de millones de seres humanos.
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