dilluns, de febrer 16

Dejémoslo: no eres tú, soy yo

Hace días que vengo pensando como darle camino de salida a este blog que me acompaña desde febrero del 2004.

Cinco años son muchísimos en la red. Los tiempos han cambiado y esos comentarios frescos, novedosos y, muchos, irrelevantes ya tienen su campo abonado en las innumerables comunidades y entornos en los que una leve sonrisa o un gesto casi imperceptible deviene comunicación y complicidad con miles de usuarios.
No quiero que se me pase febrero. Este artículo saldrá publicado el 16 de febrero con justicia cronológica.

Desde el año 1994 exactamente que lucho por y con las TIC en el aula, en la formación, en asociaciones, fuera de ellas... He participado en innumerables proyectos y he puesto en marcha unas cuantas iniciativas. Quince años (se dice poco) de picar en el hielo, en la roca y a veces en la arena.
En este momento me siento de pleno en la sociedad de la información y la comunicación y, sinceramente, no tengo nada especial que decir. Mis alumnos aprenden en la red, mi aula está en la red. Sus caligrafías extrañamente iguales me muestran, en sus huecos, su manera de aprender y de ser. Mi escuela ya está en la red.

Suscribo en todo su contenido la despedida de Boris Mir en su blog. Repito: no es nada personal; no eres tú, soy yo (imitando la conocida película argentina).

Esta parquedad en mi despedida no es desdén sino timidez.

Gracias por vuestra amistad. Sigo siendo ferviente lectora bloguera.

dilluns, de febrer 2

Oscar Taffetani: Aquí abajo se muere la gente

(APe).- La Organización Internacional del Trabajo (OIT) cada vez se parece más al “Ministerio de la Abundancia” que imaginó Orwell en su novela 1984. El ministerio orwelliano, lejos de proveer abundancia, planificaba la miseria. Su misión era que no faltara el hambre en ningún hogar.

La OIT -paradoja andante- se ocupa de medir el desempleo mundial, presente y futuro. Sería hora de cambiar la sigla. Debería llamarse OINT: (Organización Internacional del No-Trabajo).

Es una ironía con sabor amargo. Porque la verdad incontrastable, la verdad brillante y ensombrecida, presente y escamoteada, es que sí hay un ogro mundial, un asesino con cara de bueno llamado capitalismo, que planifica, planificó y seguirá planificando la desocupación, la miseria y la exclusión de millones de seres humanos.

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